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La resistencia

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Para estas épocas del año no espero ni coherencia ni tranquilidad. No hay zombies a la vuelta de la esquina (estamos en compu, búsquenos al fondo de la UCR) y de milagro no han empezado a caer meteoritos. Ya el caos no sorprende, la ausencia del mismo es la que espanta. El universo es curioso por defecto, el día en el que no respiremos absurdos y redundancias pueden asustarse y empezar a correr por las calles y los supermercados. Todo está bien pero no lo está, la resistencia sigue protegiendo su portal en Geología, pronto inicia la conquista de Guápiles y la anexión con República Dominicana.

Piu! Piu! Pshoooo!
Ya no sé ni que escribir, casi que mis dedos se mueven por costumbre. Por costumbre de programadora, de soñadora, de charlatana. Por vivir con el demonio de los nervios sobre los hombros y por querer ser redundante hasta agotar el recurso. Por obsesiva, por enciclada, por alunada, por perdida; por humana. Los que me dieron el manual olvidaron detalles, ¿cuándo se supone que empezaré a volar en parapente sobre toda Bora Bora con mi perfecta sonrisa de stockphoto? ¿Cuando es que uno empieza a nadar en vodka y a ganar algún premio por juntar palabras pobremente seleccionadas y publicarlas en un pedazo de nube? Lo único que el futuro puede prometerme es que será más raro que ayer pero menos raro que hoy, que la juventud se irá cuando no me de cuenta y que una cerveza helada en la playa seguirá siendo la definición de perfección. Ah y, nuestro indigente favorito está en la Plaza de la Cultura pero de vez en cuando tira líneas creativas cerca de la parada de Tibás.

Ya no sé ni que escribir, ocupo una moraleja. Necesito una historia, un escenario y música de fondo. Necesito necesidades nuevas y la habilidad para poder programar mis sueños con Cocos2d y que no queden mal. Necesito sopitas Maruchan de camarón y habilidad para no ser un potencial desastre al intentar encender la estufa. Necesito dinero para viajar. Necesito acontecimientos para escribir. Necesito libros para leer, inspiración para tocar, aire para respirar. Todas las noches leo la misma hoja de papel y todas las noches le encuentro algo distinto. No soy una estrella que ilumina universos, soy una supernova a punto de estallar y consumir un poco de nada que me rodea.

En la noche llegaron cuatro iluminados a capturar el portal de Económicas pero la resistencia lo recuperó con siete soldados por ahí de las ocho de la noche, fue una difícil pero heróica batalla. Perdón si me olvidé de usted, no lo siento para nada y mi cabeza está más en las estrellas y en la magia que en cualquier otra cosa.

Para estas épocas del año no espero ni coherencia ni tranquilidad.


El agujero

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Problemas de salud? Eh, es que no sé decir que no.

Su nombre es Consuela González Barrantes y hoy sale del agujero en el que está metida. Ella no es producto del sistema, sus acciones quizá.

Hoy terminé de convencerme de que el destino existe, las estrellas brillan por algo y las coincidencias son las letras chiquitas en el contrato de la vida. La casualidad debería ser nuestro guía y lo espontáneo la brújula que nos lleva a través de las estrellas, navegando a través de un camino de nada que se traza bajo el brillo estelar en la más oscura de las noches. Hoy fue un buen día para no escuchar que se entregaban los exámenes y para revisar el teléfono a las once y algo de la mañana. Un excelente día para contestar esa llamada veinte minutos tarde, para querer y no querer hablar, para buscar un helado y celebrar la calma que precede la tormenta.

Ayer fue un buen día para dormir y antier para no hacerlo. Uno de sus covers me gusta más que la pieza original pero no pienso entrar al ciclo ahí, eso sería un tanto bastante creepy y muy poco agüeisom. Adivinaron, la fórmula es tirar frases sueltas y ligarlas con el aire. Utilizar pegamento de nubes de lluvia (y aprovechar que abundan en éstas épocas horrorosas) y tratar de volar hasta un infinito medido. Gracias por las palabras, gracias por el vuelo. Mi tipo de sangre creo que es de esa roja, somos como Consuela en el agujero. Sueño con escribir una pieza maravillosa algún día, tener un nombre artístico apropiado y que las personas tarareen aún cuando el último de los acordes dejó de sonar. En el teatro mis dedos no dejaban de imaginar que estaban tocando y ella no quería permitirnos creer que somos lo que escribimos en los formularios. Whatsapp es una maravilla, de veras, pero a veces no sé si el mundo y sus constantes maneras de meterse en nuestra piel lo sean. Ella encontró a tres amigas, su primer amor y su primera decepción bajo la mesa; yo hallé eso mismo en otro lado pero los sueños no me dejan perderlos.

Su subjetividad es preciosa y los recuerdos curiosos que terminan de armar una pintura también. Gracias por el consejo, gracias por el azar. Lo siento.

El vendía bolsitas de plátanos a 100 en la parada de Granadilla. El pase cuesta 270 y tenía 300 colones en el bolsillo. Quiero los plátanos. El sabe que quiero los plátanos. No es normal que compre algo en la calle. El señor del bus me apresura con la mirada, hay fila, quiero mis plátanos. Hay un par de asientos vacíos como a la mitad del bus, quiero mis plátanos. Se escucha el motor, me pongo mis audífonos, el señor me mira desde la ventana, comienza el viaje. No puedo. Saqué 100 colones de mi billetera y corrí a la puerta. Tengo mis plátanos y el señor sonrió como si le hubiera salvado la vida.


Consuela y el agujero es una obra de teatro escrita y protagonizada por Vivian Rodríguez, actriz, bailarina y profesora de la mejor deportiva del planeta (movimiento creativo <3) . Recomendadísima. También estamos con el Festival y Encuentro Centroamericano de Teatro por si a alguien le interesa dar vueltas por ahí.


Delirios de fiebre y fin de semestre

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Casi que no me gusta escribir si no es de madrugada, más si las horas de sol y luna con gente despierta se fueron en agotamiento y en proyectar la voz con un aparato. Ya sabemos, usted es extraño, no tengo plata y no estamos ni en la primer quincena y detesto al ICE sobre todas las cosas. Páseme otra Tabcin Liqui-Gels Tos ®  π ¬ (¡admiren mi vasto conocimiento sobre el uso correcto de los símbolos!) para ver si acaso salgo de este infierno llamado resfriado común. Soy un dolor, lo sé.

¡Que los dioses en los que no creo me amparen!
Hoy no prometo nada más que menos sentido. Tanta especificación de un aparatito que quizá no comprenda el próximo semestre me tiene mareada. El cielo me tiene mareada. El suelo me tiene mareada. Usted, él y todos y cada uno de ellos me tienen mareada. Solo yo no me mareo con mis propios sueños psicodélicos de la ciudad de neón que alterna las luces de sus edificaciones al ritmo de π y mi magia antigua de caja de cereal. Para salir de las prisiones hay que aplicar los toques más absurdos y ¡oh carajo!, creo que mejor sigo durmiendo y escribo el siguiente post cuando esté con menos delirios de fiebre.
Ellos dijeron que subirían las fotos a la página del feisbuk,
me prometieron memorias en HD. :'(

Soy genérica si evaluamos por idea pero única si evaluamos por conjunto. Quiero tocar un cover de una canción traducida de Florencia y la Maquinaria y quiero que las nubes poco vistosas sean más veloces que aquellas azucaradas. Los artistas del Cirque du Soleil (pronúncielo sin gallo pinto en el acento y le doy una galleta de coco) siguen ilusionándome a pesar de haberlos visto el sábado (sí, envídienmeN). Es en serio, ni en mis sueños más locos (los cuales son frecuentes) he visto semejantes acrobacias. Gracias Credomatic, gracias. Eso sí, son mucho mejores en Las Vegas, cuando van de tour esas personas pierden calidad. Soy la peor tour guide de la vida, no comprendo la ausencia de palabras, odio álgebra con lo que me queda de odio y quisiera dejar la universidad y los sistemas de ecuaciones sólo para hacer acrobacias y volar por los aires como lo hacen ellos pero no tengo la habilidad. Lo mío es el egocentrismo, los sueños locos y lo binario. Quizá uno de tantos días lograré la casi imposible proeza de caminar hacia la ECCI sin tropezarme con una de las gradas, pero hoy no es el día (y mañana tampoco).

Prometo dejar de escribir tanto de mi aburrida persona una vez que acabe el semestre y el resfriado. Estos días de junio le vuelcan a uno la cabeza y los de julio terminan de partírsela a uno en pedacitos. Sigo recuperándome del junio pasado, se siente como una caída desde el famoso Chirripó. Una vez que termine el semestre iremos a la playa a maximizar el ocio, prometo no olvidar el simplex para lograr terminar el algoritmo y prometo manejar hasta allá.

Más allá del gallo pinto

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AFS CR -> Italia '09 - '10.

El ser estudiante de intercambio es algo que, no sólo no se olvida, si no que se recuerda más que cualquier otra cosa. En mi caso se han ido (y se me irán) muchos soles y lunas recordando tardes en cafés, perdidas en casas antiguas, pedazos de nubes con azúcar (aka sospiri o manjar de los dioses en los que no creo), momentos de absurdo concentrado y otras anécdotas que prefiero sólo recordar yo. El ser estudiante de intercambio es como un tatuaje que uno jamás querrá quitarse (esa es la idea original de los tatuajes, pero con la juventud y la imprudencia se ha arruinado la belleza de lo eterno), un estado que nos distingue del resto de los mortales, un conjunto de experiencias que empieza con el juego de los post-it kisses y termina con unas ganas horrendas de arrancarse el corazón al montarse en un avión con rumbo a la realidad.

Ser estudiante de intercambio es más que tener enredos con el idioma y con las personas (oh malditos enredos), es más que desligarse de la realidad propia y aprovechar la posibilidad de descontrolarse y tener la juventud y una identidad extranjera como única excusa, es más que enamorarse de paisajes y esperar años para volver a verlos (sigo esperando :'( ) ; es adquirir un sentido de cultura, de pertenencia, de que existe algo mucho más grande que uno y que es posible formar parte de ello (y no, no les permito usar esa frase para promocionar iglesias. no vengo aquí a hablar de religiones porque no creo en ellas, ahorrémonos los malentendidos (: )

Ser estudiante de intercambio implica ser de una fracción distinta del universo. Que nuestros corazones pertenezcan a algo que va más allá de las fronteras. Jamás me verán bailando con los colegiales que piden dinero por un voluntariado que la mitad de ellos pretende entender (curioso que el factor moda sea útil por una vez en la vida, me agrada la iniciativa pero no voy en esas) ni dedicando horas para comprender a Jesucristo, son pasiones de otros pero jamás serán mías. Soy del grupo que se indigna por los sucesos fuera de los dominios de doña Laura. Soy de esas que no sólo repudian los atentados a la democracia propia si no que a la ajena. Lo absurdo no es un atributo exclusivo de las tierras del pinto con huevo y de la Platina, hay absurdo más arriba del río San Juan y más al este del Atlántico.
No rezo por ellos porque no tiene sentido para mi,
pero supongo que difundir un mensajito ayuda (:

Ser estudiante de intercambio es reconocer que algo está sucediendo y querer arreglarlo. Pero eso no sólo es ser estudiante de intercambio, es ser humano. Querer viajar y defender los derechos que nos corresponden como personas, querer ser escuchados, querer defender a los menos favorecidos y denunciar las injusticias y que las denuncias sean efectivas. No sólo los estudiantes de intercambio deberíamos conocer el desastre que están haciendo en Turquía, no sólo los estudiantes de intercambio deberíamos indignarnos por cómo, con la excusa de convertir un parque en un centro comercial, un gobierno está ignorando la voluntad de un pueblo y utilizando la violencia y el silencio para eliminar inconvenientes. No sólo en el grupo de AFS debería estar viendo noticias sobre el tema y gente con muchísimas ganas de hacer algo al respecto.

No puedo ir al parque a esquivar gases lacrimógenos ni estar curando heridos pero quizá con palabras atarantadas y un par de links sea capaz encontrar a alguien que pueda.

https://www.facebook.com/intdirengeziparki
http://fakfukfon.wordpress.com/2013/05/31/atencionatencioattentionattention/
http://defnesumanblogs.com/2013/06/01/what-is-happenning-in-istanbul/



Being an exchange student is something that, not only can't be forgotten, if not that it's remembered more often than anything else. In my case I've spent (and I'll spend) several suns and moons remembering afternoons in cafes, being lost in ancient houses, sugary fragments of clouds (aka sospiri or treat of the gods in which I don't believe), moments of complete absurdity and other stories I prefer to keep to myself. Being an exchange student is like a tattoo not meant to be removed (that's the original plan with tats but youth and imprudence has ruined the beauty of the eternal), a state that distinguishes us from the rest of the mortals, a set of experiences starting with the post-it kisses game and ending with wanting to rip our hearts out when riding a plane towards reality.

Being an exchange student is more than having language and people issues (oh damned issues), is more than cutting ties from our own reality and seizing the possibility of losing control and having youth and a foreign identity as the only excuse, it is more than falling in love with landscapes and waiting years to see them again (I'm still waiting :'( ); is acquiring a sense of culture, of belonging, of knowing that there is something a lot bigger than ourselves and that we can be part of it (and no, I won't let you use that phrase to advertise churches. I'm not here to talk about religions because I don't believe in them, let's save ourselves the misunderstandings (: )

Being an exchange student implies belonging to a different fraction of the universe. That our hearts belong to something that goes beyond frontiers. You'll never see me dancing with high school students who ask for money and volunteer for something half of them pretends to comprehend (it's quite curious that the trend factor deems useful for once, I like the initiative but I'm not in) or dedicating hours to understand Jesus, those are other's passions but will never be mine. I belong to the group whose indignation point to something that's beyond the domains of Laura Chinchilla. I'm of the ones who hate, not only the attacks to our own democracy but to the foreign as well. The absurdity is not only inherent to the lands of the gallo pinto and the Platina, there's absurdity far north of the San Juan river and far east of the Atlantic.

Being an exchange student is being able to tell that something is wrong and wanting to fix it. But that is not only being an exchange student, is being human. Wanting to travel and defend the rights that correspond us people, wanting to be heard, wanting to help the least favoured and reporting injustice. Not only exchange students should know about the disaster that's happening in Turkey, not only exchange students should be mad about how, with the sad excuse of turning a park in a mall, a government is ignoring it's people's will and using violence and silence to eliminate inconveniences. News about this and people wanting to do something should not only be seen on the AFS group.

I can't go to the park to avoid gases or helping the wounded but maybe with my jumbled words and a pair of links I'll be able to find someone who can.


Copas y Matrices

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Manejar en San José no fue tan terrible como imaginé. No habían dragones saliendo de la parada de Tibás ni monstruos alados escupe fuego (No dragones, otra cosa. Imagínese algo.) mal parqueados en una de las tantas esquinas. El nueve es un número precioso, más porque es una hora donde nuestra hermosa capital no es un infierno para los aprendices de atentado. No sé cómo pretendo ir hacia más allá del infinito manejando si con costos puedo con las malévolas rotondas. Pero bueno, ++nervosismo.

Rancho Redondo: el mejor lugar para ser inconvenientes
a las 3am según la muchacha indiscreta de la varanda
El nerviosismo es fácil de definir los lunes de asueto, álgebra y azúcar en cantidades industriales. Lunes en los que la lluvia evita el paseo esporádico de los animales y el escape en las hamacas. Lunes de presidente chino medio olvidado y de desayunos tardíos. Lunes de cuidar cada palabra, cada sílaba, cada letra.

Es fácil que me entienda pero no quiero darme a entender, déjeme ser feliz. Las matrices y los espacios vectoriales me dan dolor de cabeza y por falta de soledad los pobres perros salen a pasear cada vez que Cartago llega a la final. La academia no ayuda y el nerviosismo ajeno exponencia el nerviosismo propio. A ver Sofía, respire profundo, tome agua, saque el clutch lentamente mientras comienza a acelerar y recuerde que la dimensión del espacio es igual al número de columnas. Todo va a estar bien, disfrute el helado, todo va a estar bien. El día en el que vaya manejando hasta Rancho Redondo con un poco más de cervecitas y un poco menos de terror no está tan largo si mejoro en el arte de esquivar a las vacas con ruedas o si le pego al bumper una espada con tape. Me urge un libro nuevo de la biblioteca, el anterior me dejó cicatrices severas y me rehuso a creérmelo, ¡hasta en el condenado libro tenías que aparecer! Ya no se puede vivir ni empezar a considerar la idea de llevar un curso por tercera vez en paz, no. El exceso de matrices me aterran, los cambios de marchas me aterran, el output que produce un circuito AND con sus palabras y las mías de entradas me causan un terror inimaginable. Pero bueno, ya pasó la parte horrible y todavía falta lo peor.

Luego de no aflojar ni un milímetro cúbico de dióxido de carbono corro a mi cuarto y pongo play. Mis manos siguen temblando y mi cabeza sigue en la parada de taxis y en la espera de algún comentario. Mejor corro a ahogar mis penas en copas de dulce de leche, galletas y leche condensada con toquecitos de limón.