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El agujero

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Problemas de salud? Eh, es que no sé decir que no.

Su nombre es Consuela González Barrantes y hoy sale del agujero en el que está metida. Ella no es producto del sistema, sus acciones quizá.

Hoy terminé de convencerme de que el destino existe, las estrellas brillan por algo y las coincidencias son las letras chiquitas en el contrato de la vida. La casualidad debería ser nuestro guía y lo espontáneo la brújula que nos lleva a través de las estrellas, navegando a través de un camino de nada que se traza bajo el brillo estelar en la más oscura de las noches. Hoy fue un buen día para no escuchar que se entregaban los exámenes y para revisar el teléfono a las once y algo de la mañana. Un excelente día para contestar esa llamada veinte minutos tarde, para querer y no querer hablar, para buscar un helado y celebrar la calma que precede la tormenta.

Ayer fue un buen día para dormir y antier para no hacerlo. Uno de sus covers me gusta más que la pieza original pero no pienso entrar al ciclo ahí, eso sería un tanto bastante creepy y muy poco agüeisom. Adivinaron, la fórmula es tirar frases sueltas y ligarlas con el aire. Utilizar pegamento de nubes de lluvia (y aprovechar que abundan en éstas épocas horrorosas) y tratar de volar hasta un infinito medido. Gracias por las palabras, gracias por el vuelo. Mi tipo de sangre creo que es de esa roja, somos como Consuela en el agujero. Sueño con escribir una pieza maravillosa algún día, tener un nombre artístico apropiado y que las personas tarareen aún cuando el último de los acordes dejó de sonar. En el teatro mis dedos no dejaban de imaginar que estaban tocando y ella no quería permitirnos creer que somos lo que escribimos en los formularios. Whatsapp es una maravilla, de veras, pero a veces no sé si el mundo y sus constantes maneras de meterse en nuestra piel lo sean. Ella encontró a tres amigas, su primer amor y su primera decepción bajo la mesa; yo hallé eso mismo en otro lado pero los sueños no me dejan perderlos.

Su subjetividad es preciosa y los recuerdos curiosos que terminan de armar una pintura también. Gracias por el consejo, gracias por el azar. Lo siento.

El vendía bolsitas de plátanos a 100 en la parada de Granadilla. El pase cuesta 270 y tenía 300 colones en el bolsillo. Quiero los plátanos. El sabe que quiero los plátanos. No es normal que compre algo en la calle. El señor del bus me apresura con la mirada, hay fila, quiero mis plátanos. Hay un par de asientos vacíos como a la mitad del bus, quiero mis plátanos. Se escucha el motor, me pongo mis audífonos, el señor me mira desde la ventana, comienza el viaje. No puedo. Saqué 100 colones de mi billetera y corrí a la puerta. Tengo mis plátanos y el señor sonrió como si le hubiera salvado la vida.


Consuela y el agujero es una obra de teatro escrita y protagonizada por Vivian Rodríguez, actriz, bailarina y profesora de la mejor deportiva del planeta (movimiento creativo <3) . Recomendadísima. También estamos con el Festival y Encuentro Centroamericano de Teatro por si a alguien le interesa dar vueltas por ahí.


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