Piu! Piu! Pshoooo! |
Ya no sé ni que escribir, casi que mis dedos se mueven por costumbre. Por costumbre de programadora, de soñadora, de charlatana. Por vivir con el demonio de los nervios sobre los hombros y por querer ser redundante hasta agotar el recurso. Por obsesiva, por enciclada, por alunada, por perdida; por humana. Los que me dieron el manual olvidaron detalles, ¿cuándo se supone que empezaré a volar en parapente sobre toda Bora Bora con mi perfecta sonrisa de stockphoto? ¿Cuando es que uno empieza a nadar en vodka y a ganar algún premio por juntar palabras pobremente seleccionadas y publicarlas en un pedazo de nube? Lo único que el futuro puede prometerme es que será más raro que ayer pero menos raro que hoy, que la juventud se irá cuando no me de cuenta y que una cerveza helada en la playa seguirá siendo la definición de perfección. Ah y, nuestro indigente favorito está en la Plaza de la Cultura pero de vez en cuando tira líneas creativas cerca de la parada de Tibás.
Ya no sé ni que escribir, ocupo una moraleja. Necesito una historia, un escenario y música de fondo. Necesito necesidades nuevas y la habilidad para poder programar mis sueños con Cocos2d y que no queden mal. Necesito sopitas Maruchan de camarón y habilidad para no ser un potencial desastre al intentar encender la estufa. Necesito dinero para viajar. Necesito acontecimientos para escribir. Necesito libros para leer, inspiración para tocar, aire para respirar. Todas las noches leo la misma hoja de papel y todas las noches le encuentro algo distinto. No soy una estrella que ilumina universos, soy una supernova a punto de estallar y consumir un poco de nada que me rodea.
En la noche llegaron cuatro iluminados a capturar el portal de Económicas pero la resistencia lo recuperó con siete soldados por ahí de las ocho de la noche, fue una difícil pero heróica batalla. Perdón si me olvidé de usted, no lo siento para nada y mi cabeza está más en las estrellas y en la magia que en cualquier otra cosa.
Para estas épocas del año no espero ni coherencia ni tranquilidad.
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